CONICET: Denuncian discriminación por edad

Por medio de un correo electrónico, llego a nuestra redacción un comunicado que decía: Buen día. Mi nombre es Maximiliano de la Puente.

Soy uno de los más de cuatrocientos doctores discriminados por edad por Conicet, es decir, los que quedamos en situación de «pendientes» (esa fue la denominación que le dio Conicet a quienes fuimos discriminados por edad).

A nosotros, se nos prometió una nueva evaluación, luego de los resultados del ingreso a carrera de la convocatoria 2017, que se dieron a conocer a fines del año pasado.

Esa nueva evaluación tuvo lugar en julio de este año pero nunca fue tal, porque hicieron un mero copiar y pegar de la evaluación que nos habían hecho en diciembre.

Solo eliminaron la referencia a la edad, porque estaban violando una ley nacional si lo mantenían en los dictámenes.

El colectivo de investigadorxs discriminadxs por edad nos agrupamos dentro de La Comisión Contra la Discriminación Etaria en Ciencia (CODEC) que se creó en el año 2009, articulando becarixs e investigadorxs de diferentes disciplinas, ciudades y agencias de investigación nacionales (universidades, CONICET, Agencia, entre otras)

Con respecto a mi caso: Yo fui en principio doble recomendado en la Convocatoria CIC 2016, no ingresado a Conicet por recorte presupuestario.

Esa camada, que constituyó la primer cohorte de la Red Federal de Afectados, fue la que logró que se implementara sólo por ese año el PRIDIUN, “Programa de Incorporación de Docentes Investigadores a las Universidades Nacionales».

Como resultado del mismo, desde enero de este año yo soy docente e investigador adjunto, con dedicación exclusiva, en la Universidad Nacional de Moreno.

En relación a mi situación como investigador discriminado por edad, hago un racconto de cómo se dieron los hechos:

El 13 de septiembre de 2017 se sancionó Ley 27.385, promulgada el 3 de octubre, que elimina los límites etarios establecidos, derogando expresamente el artículo 12 en el estatuto del CONICET, sancionado en 1973 por un decreto-ley de la dictadura de Lanusse.

Cuando se promulgó la ley, CONICET estaba terminando el proceso de evaluación para la convocatoria 2017 de Carrera del/x Investigador/x. Pero, en vez de detener la evaluación, reevaluar a lxs postulantes mal calificados o apartados por la edad y dar a todxos juntos el resultado más tarde, el Directorio, para no asumir un repudio o escrache por el retraso, tomó la decisión de volver a discriminar a este colectivo inicialmente discriminado.

De esta manera, mientras entregaban los resultados al resto de los postulantxs, el Directorio aprobó en diciembre la resolución 4141/17 por la que se volvió a apartar a 411 investigadores postulantes sin otro motivo que su edad que quedaron con su evaluación suspendida durante siete meses ni asegurados los criterios que se usaron, con los perjuicios que eso significa para todos nosotros.

Además, no separaron una partida presupuestaria para cubrir los cargos para el ingreso a la institución de los investigadores cuya evaluación lo amerite.

Como decía antes, finalmente los resultados los obtuvimos en julio de este año, se dieron un mínimo de ingresos (aproximadamente un investigador por comisión, pero en algunos casos ni siquiera eso), y no hubo tampoco de ninguna manera, tal como prometieron las autoridades, una nueva evaluación, sino simplemente un mero y burdo  copiar y pegar con respecto a los dictámenes de comisión y junta de diciembre del año pasado.

A todo esto hay que agregar además que, como resultado de esta situación, se retrasó nuestra presentación para el ingreso a CIC 2018, por lo que seguramente seremos discriminados nuevamente en la siguiente convocatoria, en el sentido de que los plazos de presentación se extendieron para nosotros, hasta tanto no estuvieran las evaluaciones de la convocatoria del año anterior, mientras que el resto de los postulantes ya están siendo evaluados.

Hasta el momento, incluso, ni siquiera tenemos acceso a la vista del expediente de esta «nueva» evaluación.

Conicet no nos lo ha permitido hasta el momento, por lo que no podemos entonces presentar nuestros recursos de reconsideración, que nos permitirían objetar y apelar la forma en que fuimos evaluados.