Día Mundial del Reciclaje

Reducir, Reutilizar y Reciclar. La regla de las tres “R” va ganando adeptos en Buenos Aires, una sociedad que cada día se compromete más con el cuidado del medioambiente. Según un estudio de la consultora Aresco, el 56% de los porteños ya separa plásticos, vidrios, cartones y papeles en sus hogares para su reciclaje. Para su disposición, las tres opciones que tienen son: llevarlos a un contenedor verde,  llevarlos a un punto verde o entregárselos a un recuperador urbano. Cualquiera de las tres sirve para reforzar la tercera “R”.

En 2005 la Organización de las Naciones Unidades para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) designó el 17 de mayo como el Día Mundial del Reciclaje, para «promover una mayor responsabilidad del manejo de los residuos sólidos desde la perspectiva de los consumidores, industrias y estados».

Francisco Sánchez Moreno es el director de Reciclado y Economía Circular de la Ciudad. A dos años del lanzamiento del programa BA Recicla, cuenta con orgullo algunos de los objetivos alcanzados.

En 2005, la UNESCO designó al 17 de mayo como Día Mundial del Reciclaje

Y en particular menciona a tres: “Tenemos un contenedor verde a menos de 150 metros de cada hogar, para que los vecinos tengan dónde llevar lo que separan. Les preguntamos a los vecinos por qué no reciclaban, y la principal respuesta fue porque no tenían un lugar donde hacerlo en sus casas. Entonces repartimos un millón de ecotachos para que haya uno en cada hogar. Son bolsas verdes donde los vecinos y las vecinas pueden separar y juntar sus reciclables para llevarlos a los contenedores verdes, los puntos verdes o entregárselos a los recicladores urbanos”, cuenta desde uno de los Puntos Verdes, ubicado en la Plaza Miguel de Garicoits, en Álvarez Thomas y Virrey Arredondo, en el bario de Colegiales.

Sánchez Moreno destaca la tarea de los recicladores para que el engranaje del reciclado funcione en la Ciudad. También lo hace Dora, vecina de Villa Urquiza, quien cuenta que hace meses estableció contacto con Isaías, el reciclador de su cuadra. “Cuando lleno el ecotacho le mando un WhatsApp y él me toca timbre y me espera con su bolsón en la vereda. Es re cómodo. Además, le estás dando trabajo a gente humilde que se gana el pan honestamente”, dice, y resalta que los reciclables llegan en el día al Centro Verde de Reciclado, en avenida Cantilo y casi General Paz, en el barrio de Núñez.

“Formalizamos el sistema de cooperativas –explica Sánchez Moreno-. Hoy hay 12 cooperativas en la Ciudad que dan trabajo a más de 6.500 recuperadores y recuperadoras, que recolectan los reciclables de todos los vecinos de la Ciudad, de lunes a viernes, y tenemos un centro de reciclaje que además de los 16 centros verdes reciben todos los residuos que se gestionan en Buenos Aires”.

El sistema de cooperativas es único, en comparación con otras ciudades del mundo

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El sistema de cooperativas es único, en comparación con otras ciudades del mundo. Los recuperadores tienen un sistema en el que chequeamos cuántos bolsones recuperan cada día y en función de ese trabajo se les paga por productividad. O sea, el esfuerzo que hace tiene una correlación con su salario. Y además tenemos un pliego formal, como cualquier pliego del Gobierno en la Ciudad, para que cada uno tenga una zona en cada barrio de la Ciudad y puedan hacerse cargo de los edificios y las casas de la zona asignada.

Otra “pata” muy importante en el crecimiento del sistema de reciclaje es la Red de Economía Circular, que hoy tiene más de 380 empresas, ONGs, universidades y clubes de fútbol, entre lo que están Racing, River, la UCA, y Coca Cola, por mencionar las más importantes. “Queremos generar un cambio cultural y no nos alcanza solamente con hacerlo desde gobierno. Por eso salimos a buscar empresas, ONGs, universidades y clubes de fútbol donde los vecinos se reúnen habitualmente para que les llegue el mismo mensaje que pregonamos desde BA Recicla, y que cada vez sean más los vecinos y vecinas que reciclen en sus casas”, razona Francisco.

Y mientras habla, Juan, encargado de un edificio del barrio, se acerca al Punto Verde con botellas llenas de aceite comestible usado, bolsas con pilas y tubos de lámparas fluorescentes. ”Los plásticos, vidrios, papeles y cartones ya se los di al reciclador de la cuadra”, aclara. “Hace como 18 años que reiclo”, agrega con una sonrisa.

Otro eslabón muy importante en el crecimiento del sistema de reciclaje es la Red de Economía Circular

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La huella de carbono

En aquella designación de 2005, la UNESCO urgía a tomar medidas, e impulsaba acciones como la reducción del volumen de los residuos generados y la minimización de nuestra huella de carbono como parte fundamental de la lucha contra el cambio climático.

La huella de carbono es un indicador ambiental que refleja la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI), expresada como CO2 equivalente, que es emitida directa o indirectamente como consecuencia de una actividad determinada. Y en ese contexto, postulaba la regla de las tres “R”.

La huella de carbono es un indicador ambiental que refleja la cantidad de gases de efecto invernadero

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Reducir: intentar adquirir productos a granel, que tengan el mínimo envasado posible, de ser posible ninguno, y usar -por ejemplo- bolsas de tela.

Reutilizar: dar una nueva vida a las cosas que ya no nos sirven, de manera que antes de tirarlas a la basura, pensemos que nos pueden servir para otra cosa: botellas, bolsas y cajas de cartón pueden tener varios usos y ser reutilizados como maceteros, para decoración, construir cosas, etc.

Reciclar: la mayoría de materiales que utilizamos pueden transformarse en materia prima de nuevos materiales o productos. Esto depende de las instituciones y de cada uno de nosotros. El reciclaje de 1.000 kg de papel, por ejemplo, salva la vida de 17 árboles. Los árboles absorben CO2 (dióxido de carbono), retienen C (carbono) en su madera y emiten O2 (oxígeno).

“Uno de los programas de los cuales estamos más orgullosos es Embajadores Verdes –retoma Sánchez Moreno-. Nació como un programa de gestión en la Ciudad y creció tanto que hoy decimos que es un movimiento ambiental. Arrancamos con 50 personas y hoy tiene más de 6.800. Son vecinos que al principio querían conocer el centro reciclado o que venían a los puntos verdes, y que querían ser parte de este cambio que queremos generar en la ciudadanía. Creamos Embajadores Verdes para que ellos sean quienes puedan generar este cambio, cada uno en sus hogares, primero, y después en sus barrios. Y sigue creciendo, no sólo en la Ciudad sino en todo el país”.

La Ciudad genera 7.500 toneladas de residuos por día

La Ciudad genera 7.500 toneladas de residuos por día. “Para que se den una idea son casi 50 Obeliscos por día, todos juntos”, grafica Francisco. “De los cuales –continúa-, el 44% son residuos áridos, de demolición y construcción, que se reciclan desde los volquetes que vemos en las calles. Otro 23 por ciento está formado por reciclables. Todo lo que llega a los contenedores verdes, más lo que la gente lleva a los puntos verdes y lo que recogen los recuperadores urbanos por las casas y edificios. Acá juegan un papel muy importante los encargados. Otro 24% son residuos orgánicos”. De esas 7.500 toneladas, la Ciudad recupera el 50%.

Y añade: “Sólo en el año 2022 recuperamos más de 92.000 toneladas de reciclables, o sea, ese esfuerzo que hacen los vecinos y las vecinas en separar los reciclables del resto de los residuos en sus casas se recupera todos los días en esa cantidad acumulada en el año, que es un montón». Otro dato importante es que además del 56% de los que separan en sus casas, hay un 22% que dice que de vez en cuando separa. Uno de los principales objetivos es que el 80% de los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires recicle en sus casas durante este año 2023. Y alcanzar las 760 toneladas de residuos reciclables por día, a través de las 12 cooperativas.

Hubo 254 mil encuentros con encargados, vecinos y escuelas para que la gente pueda hacer el cambio de hábitos que se necesita

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Además del millón de conversiones que tuvieron con los orientadores cuando se entregaron los ecotachos, hubo 254 mil encuentros con encargados, vecinos y escuelas para que la gente pueda hacer el cambio de hábitos que se necesita y la recuperación de los reciclables sea cada vez mayor.

Otro desafío es mejorar los hábitos de higiene. Los indicadores de percepción en ese sentido no están dando bien. «Sobre todo nos enfocamos en que los vecinos saquen la  basura entre las 19 y las 21. Con ese pequeño cambio de hábito la Ciudad va a estar todo lo limpia que queremos», concluye Sánchez Moreno.