Todos los 1° de Mayo se conmemora a nivel mundial el Día Internacional de los Trabajadores, recordando la lucha obrera llevada a cabo en 1886 en Chicago, por una jornada laboral de 8 horas.
Si bien de aquellos años a hoy, los derechos laborales han sido reconocidos y garantizados por numerosas leyes, trabajar en un ambiente sin violencia es un derecho que cada persona debe hacer respetar día a día.
Para ello, es indispensable que cada trabajador y trabajadora sepa distinguir una situación de maltrato laboral, conozca los mecanismos existentes para ponerle fin a este tipo de acoso, e incorpore las prácticas que contribuyen a generar un clima sano de trabajo, libre de violencia.
Para que todos lo tengamos claro, violencia laboral es toda acción, omisión o comportamiento, destinado a provocar, directa o indirectamente, daño físico, psicológico o moral a un trabajador o trabajadora, sea como amenaza o acción consumada.
Este tipo de violencia incluye la agresión física, la violencia de género, el acoso psicológico (descalificación, insultos, burlas, sobrecarga o retiro de tareas, aislamiento, rechazo de licencias, discriminación, etc.) y el acoso sexual en el marco de una relación laboral.
Sin embargo, no toda situación de mal estar en el ámbito laboral es un hecho de violencia en el trabajo. Los conflictos producto de dificultades en la relación interpersonal (jefes rigurosos, exigentes o estrictos, roces entre compañeros, incidentes aislados) o por reclamos relativos a las condiciones laborales, no son ejemplos de violencia laboral.
Tampoco lo son las exigencias del empleador o las modificaciones de puesto u horario, siempre que se respete el contrato de trabajo, sean comunicadas adecuadamente y no tengan como objetivo degradar al trabajador sino responder a una necesidad de la gestión de recursos humanos de la organización, institución o empresa.
“Es importante tener en cuenta que la violencia laboral puede presentarse en forma vertical descendente de superior a subordinados-, vertical ascendente de subordinados a superior, y horizontal entre pares”, destacó Vanesa Ferrazzuolo, consejera y funcionaria a cargo del “Programa de Prevención de la Violencia Laboral” creado en el año 2016 por el Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires.
Una situación de acoso laboral afecta a la víctima en su individualidad (depresión, baja autoestima, estrés, aislamiento y/o temor a perder el trabajo), pero también impacta negativamente en el ámbito de trabajo (malestar entre los trabajadores, pérdidas económicas, menor productividad), y en la comunidad.
“Hay consecuencias para la sociedad toda, porque se consolida la discriminación, se instala la idea de trabajo como castigo, se ratifica la ley del más fuerte y se genera desconfianza en las instituciones.
Es por ello que desde la justicia debemos trabajar día a día y ser creativos para generar mecanismos de prevención y dispositivos eficientes, que nos permitan detectar la violencia a tiempo y detener las escaladas, para no lamentar después las consecuencias”, remarcó Ferrazzuolo.
“La única manera de generar mecanismos eficaces de prevención, detección y abordaje de situaciones de conflictividad laboral, para erradicar la violencia en el ámbito de trabajo, es involucrándonos todos. La prevención la hacemos entre todos y necesitamos hacer de la prevención un proceso permanente”, subrayó la consejera.
En el Poder Judicial de la Ciudad se definió, luego un trabajo colectivo, un “Decálogo de Buenas Prácticas para un Ambiente Sano de Trabajo”, el cual postula entre sus diez puntos: no admitir ninguna forma de violencia laboral; brindar información sobre los mecanismos para canalizar los conflictos, reclamos y/o denuncias; promover espacios de diálogo para reflexionar sobre los problemas que se presentan y pensar soluciones; reconocer abiertamente el buen desempeño de los trabajadores; y, entre otros, fomentar el comportamiento respetuoso de las diferencias, promoviendo la tolerancia y la amabilidad en el grupo.
Si considerás que sos víctima de algún tipo de violencia laboral (física, psicológica o sexual) podés contactarte con la Oficina de Asesoramiento sobre la Violencia Laboral del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación. En la OAVL se atienden consultas, se brinda asesoramiento y se reciben denuncias.
Se debe concretar entrevista llamando al 4310-5525 o al 0800-666-4100, y también por correo electrónico a violencialaboral@trabajo.gob.ar.
En el caso que trabajes en el sector público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires te protege la Ley N° 1225, debiendo comunicar el hecho al superior jerárquico y remitir la denuncia al área de sumarios o disciplina.
Más información sobre el tema la encontrarás en el libro “Prevención de la Violencia Laboral”, publicado por la Editorial Jusbaires, el cual podés leer online y descargar gratuitamente en el siguiente link: http://editorial.jusbaires.gob.ar/libros/167.
Si en tu trabajo hay maltrato, acoso o agresión no te quedes en silencio.
El silencio es impunidad.