Las boletas de gas llegaron a los hogares este mes con un aumento de 7,5%. Será el último incremento en el valor de la tarifa de este año, aunque parte del precio del servicio de los próximos cuatro meses, los de mayor consumo, se pagará durante el verano. El Gobierno pondrá en marcha así el sistema de «tarifa plana» para evitar que un impacto excesivo en los hogares durante el invierno.
El mecanismo funcionará a través de un diferimiento de pago. Los consumos de junio hasta septiembre no serán facturados en forma completa a las familias, sino que llegarán con un «descuento» de 22%.
Ese porcentaje, entonces, será pagado por el usuario durante aquellos meses en los que el consumo de gas es menor. De esa manera, la Secretaría de Energía busca que no haya una diferencia tan grande entre los meses de mayor y de menor uso del servicio. Las empresas distribuidoras cobrarán un interés por ese pago diferido, que será afrontado por el Estado.
El servicio residencial subió, a lo largo del año, 10% en abril, 9,1% en mayo y 7,5% en junio. Originalmente estaba previsto que el incremento se realizara de una sola vez.
Como para ejemplificar. Un usuario de categoría R1 -el de menor consumo, que incluye al 53% de los usuarios residenciales de gas- tendría este mes una facturación de 1051 pesos. Pero pagará $820, considerando valores promedio. En julio, con un consumo estacional un poco mayor, pagaría $919 en lugar de $1178.
Siempre tomando en cuenta casos promedio, un hogar de consumos bajos tendrá un diferimiento de pago de $231 en la facturación de junio, $259 en julio, $212 en agosto y $172 en septiembre, cuando la temperatura empieza a subir. Con las facturas correspondientes a diciembre, enero, febrero y marzo pagaría entonces $219 adicionales por mes por la parte que ese usuario no pagó en el invierno.
Volvió a aumentar el precio de la garrafa