A sólo 48 horas del Día del Niño las jugueterías viven en estado de incertidumbre. Los dueños dicen que deberían remarcar los precios, pero que por la cercanía de la fecha ya no pueden aplicar aumentos. Los padres y abuelos caminan sin decidirse sobre cuánto gastar por cada regalo y hasta los propios chicos recorren las góndolas llenas de muñecos, peluches, autitos y bebotes sin saber bien qué es lo que en realidad quieren. Todo les gusta, pero el presupuesto es acotado.
Una recorrida por distintas casas de juguetes dejó en claro el escenario que se repite: pasillos casi vacíos y poca fila en las cajas. En algunos lugares hasta había más empleados que compradores. La disparada del dólar después de las elecciones del domingo pasado llenó de dudas a comerciantes y clientes, pero los chicos son los chicos. ¿Y entonces? ¿Cómo se ajusta cuando una nena te pide una muñeca Lol Surprise que cuesta $ 1.300?
La realidad es que el criterio le gana a gusto. El bolsillo le gana al deseo. Javier es encargado de la juguetería Apioverde, sobre la avenida Cabildo, donde se ven ofertas de bancos que reintegran el 20 o 30 por ciento del precio según la entidad bancaria: “Nosotros no remarcamos precios, los dueños decidieron no hacerlo para no perder clientes, entendiendo la cercanía de esta fecha tan especial. Se nota la preocupación de los que vienen, nos damos cuenta que preguntan y se van sin comprar nada, pero que a las horas vuelven porque recorrieron otros lugares y se decidieron. Muy pocos vienen con la idea clara de qué llevarse”. Juan, encargado de la sucursal de Carrousel sobre la misma avenida, confirma que ellos tampoco subieron los precios tras la escalada del dólar.