En la Argentina muchos están acostumbrados a cocinar de más y a no aprovechar las sobras. El dato surge de una encuesta realizada por la consultora Oh Panel! a mujeres y hombres de todo el país, en la que sobresale que el 82% de la gente cocina en exceso, calcula mal las porciones y, en consecuencia, desperdicia comida. Se conoció en vísperas del Día para la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, que por primera vez se celebrará el domingo 29 de septiembre.
El trabajo detalla que lo que más suele sobrar en las casas son las pastas (54%) y que le siguen la carne vacuna (52%), el arroz (51%) y el pollo (49%), mientras que en el lado opuesto de la pirámide de desperdicios se encuentra el helado, con apenas un 6%.
Los resultados del estudio se inscriben en un contexto poco feliz tanto en el mundo como en el país. Es que a nivel mundial van a parar a la basura 1.300 millones de toneladas por año, cerca de un tercio de lo que se produce, y la media de desperdicio de los países es de un 30%, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Si bien la Argentina está por debajo de la media, con un 12%, según la FAO y el Ministerio de Agroindustria, el porcentaje representa 16 millones de toneladas anuales.
Mercedes Nimo, directora nacional de Alimentos y Bebidas, de Agroindustria, advierte que es preocupante cualquier tipo de desperdicio pero señala que el mayor derroche se da en las etapas del proceso productivo, es decir, antes de que lleguen al consumidor.
“De las 16 millones de toneladas desaprovechadas, el 80% se pierde en la cadena de producción”, explica. En ese sentido señala que el 20% restante se da “tanto en los puntos de venta como las casas”.
Para revertir esta situación, Agroindustria y FAO Argentina están articulando con el sector privado el Plan Nacional de Reducción de Pérdida y Deperdicio de Alimentos, con campañas como «Alimentá Buenos Hábitos», de la que participan Unilever y Carrefour. Con eso buscan dar herramientas a la población para administrar mejor la compra y consumo de comida.
Ahora bien, ¿cómo es posible que, en tiempos en los que casi nada sobra y se declaró la emergencia alimentaria en el país, haya comida que termina en la basura en la mayoría de los hogares?
Según Mónica Katz, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición, la mayoría de la gente no está acostumbrada a comprar y cocinar de acuerdo al número de comensales. «La idea en la mesa argentina es que podés quedarte con hambre, y por eso siempre tiene que haber de más», sostiene.
La experta explica que esa costumbre está muy ligada a «un gran cortocircuito» entre las generaciones que llegaron al país a principio del siglo XX y las más jóvenes.
«Hay un quiebre entre aquel contexto del hambre, marcado por la escasez y la guerra, en el que crecieron nuestros antepasados, y el actual, en el que hay en un entorno de abundancia», explica, por la cantidad de alimentos que hay en el mundo.
Y agrega: «Parte del problema es que los chicos son educados con los mismos patrones que nuestros padres y abuelos, y el resultado se refleja en un hábito de compra desmesurado y porciones excesivas que luego no terminamos», señala.
Asimismo, indica que no es casual que las pastas y la carne roja sean lo que más sobra. «Estamos con un exceso de ingesta de carbohidratos. Somos un país con una muy fuerte tradición ganadera y carnívora. Derrochamos lo que más consumimos», resume.
Pero en los hogares la comida no se tira sólo después de pasar por el plato. Según el estudio de Oh Panel! muchos alimentos van al tacho directamente desde la alacena: el 29% de los encuestados respondió que habitualmente descarta alimentos vencidos.
Elizabeth Kleiman, responsable de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la FAO Argentina señala que es importante incorporar una serie de hábitos básicos para ser más responsables en la manera en que consumimos los alimentos.
«Por ejemplo, planificar las compras, revisar periódicamente los tenemos en la alacena y hacer una adecuada rotación de los productos, para consumir antes los más viejos, cocinar de acuerdo a los que vamos a comer, o si hacemos una reunión, repartir lo que sobra entre los invitados», señala. «En la heladera, a su vez, es importante que usemos recipientes herméticos o film para preservar lo que no terminamos de comer», agrega.
La Argentina es el primer país del mundo en celebrar el Día para la Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. El país presentó en junto ante una reunión de la ONU en Roma, la iniciativa para que esta fecha se tome como día internacional para concientizar sobre el problema.