El estudio realizado por el Centro de Estudios en Comunicación Aplicada de la Universidad Austral arrojó que el 40,6% de los encuestados “no acepta el rol social de los zoológicos o lo conoce de modo difuso”. El informe, que busca identificar el parecer de los argentinos, reflejó que el 66,5% no manifiesta un rol para estas instituciones.
El rechazo contra los zoológicos crece entre los más jóvenes. Así lo refleja un estudio privado del cual se desprende que el 60,2% de los jóvenes consultados no aceptan estos espacios como hábitat para los animales. Entre los adultos, la cifra cae a cuatro de cada 10 argentinos, mientras que el 32% considera que solo sirven para divertir.
Juan Pablo Renzi, uno de los autores del informe y también coordinador del Centro de Estudios en Comunicación Aplicada de la Universidad Austral, aseguró que esto “puede estar relacionado con una mayor sensibilidad vinculada a los temas ambientales que tienden a manifestar estos grupos etarios comparados con los de mayor edad”.
Por otro lado, remarco que otro punto a tener en cuenta es que “los grupos activistas críticos de los zoológicos suelen tener una mayor participación e influencia en redes sociales, aspecto que probablemente impacte en un mayor consumo de mensajes críticos hacia los zoológicos por parte de los segmentos más jóvenes de la población.”
En tanto que el profesor Juan Pablo Cannata, coautor del informe, concluyó que “la polarización de las posturas de organizaciones referentes en temas ambientales respecto al rol de los zoológicos (tanto animalistas como conservacionistas) parece tener su correlato en la opinión pública. De hecho, quienes reconocen en ellos un rol social y quienes no, y quienes consideran que el Estado debe conservarlos y quienes no, se expresan en proporciones de cierta paridad”.
Por último, los autores remarcan que estas nuevas agendas son complejas, porque cuando las organizaciones asumen nombres con atributos más positivos, como ecoparque, bioparque, parque natural o santuario natural, ganan en aceptación social. El debate por el bienestar animal y el estatus jurídico de los animales continúa e interpela de nuevas maneras a la sociedad.