Fuerte aumento de patente: ola de reclamos

Cars For Sale Stock Lot Row. Car Dealer Inventory

Una catarata de quejas se viene escuchando en los últimos días, tras la llegada de las primeras boletas del año para el pago de patentes de autos. Los contribuyentes recibieron ajustes que, en algunos casos, llegan al 100%. Los reclamos en las áreas correspondientes de Capital Federal y provincia de Buenos Aires, como AGIP y ARBA, se multiplicaron. También hay críticas en el resto del país. Desde esas dependencias se tomó nota de los reclamos y, de a poco, se está respondiendo a los usuarios. En la mayoría de los casos, salvo alguna excepción, los ajustes dispuestos están dentro de lo establecido por la legislación.

Acercaron a funcionarios del Gobierno porteño algunos ejemplos llegados a la redacción y se confirmó que la suba establecida era correcta ya que respondían a la valuación fiscal vigente. El problema, en realidad, surge de dos factores. El primero es la diferencia entre la valuación fiscal de los vehículos que, en general, está por encima del precio del mercado. Este no es un tema nuevo y la diferencia entre un valor y otro es histórica. También es cierto que definir el valor de un auto usado no es sencillo debido a que existen un montón de variables: kilometraje, año, estado, mantenimiento, etc. Más allá de esto, el valor fiscal tiende a estar por encima de lo que cada propietario pueda obtener por su unidad. Teniendo en cuenta esto, la patente es un porcentaje de ese valor fiscal que varía según escalas. La actualización de estas escalas es otro tema polémico y si un modelo “salta” de escala, comienza a pagar un porcentaje mayor.

El otro factor a tener en cuenta, que desató esta ola de quejas, es el fuerte aumento de los precios de los autos durante 2018 como consecuencia del salto del dólar. Desde la crisis de 2002 no hay registros de un incremento similar en tan poco tiempo. Como la patente es un porcentaje del valor del auto, si el vehículo sube, subirá la patente.

El año pasado, los 0 km aumentaron, en promedio, 82% con picos del 103%, en base a los precios de lista. Si se toman los precios bonificados, lo que realmente se pagó, el incremento fue del 77% en promedio. Aquí, la suba más alta fue del 85,9%. En tanto, en el segmento de los autos usados, el incremento promedio fue de alrededor del 25%, según la Cámara del Comercio Automotor. El pico, en algunos casos testigos, fue del 43%. En los reclamos de la gente hay valuaciones fiscales que crecieron más que eso y es difícil de explicar. La valuación fiscal se realiza en base a los precios que informa la asociación de concesionarias (ACARA) y de sitios especializados, pero distan de los que se pagan en el mercado. Por ejemplo, un Volkswagen Suran de 2014, tenía una valuación fiscal en 2018 de $209.000 mientras que la de este año es de $332.500, lo que implica una suba del 59%. Pero hay caso en los que la cuota, por aumento de la valuación fiscal, más del doble. Un Mercedes-Benz de 2013 pasó de $5.600 a $12.900.

En el mercado aseguran que no tuvo incremento de esa magnitud. “Los precios de los usados no se recuperaron significativamente porque las terminales están realizando fuertes bonificaciones en los 0 km, ante la caída de las ventas, y esta sobreoferta de autos nuevos no permite ajustes en los de segunda mano. Por ese motivo, las concesionarias no tienen rentabilidad y están viviendo un momento muy delicado” señaló Alberto Príncipe, presidente de la CCA.

A lo ya engorroso que es el cálculo de valor de los autos se sumó también que hubo inconvenientes en el Impuesto a los Sellos -que se paga con el patentamiento- o que en la provincia de Buenos Aires, el cobro de patentes, hasta determinado año, corre por cuenta de los municipios.

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