Además de la cantidad de teléfonos que arrebataba en cada salida, Bazán es dueño de otro lamentable récord: los investigadores comprobaron que robó en al menos diez barrios porteños, ocho de ellos en un mismo día.
La impunidad con la que Bazán se manejaba por la Ciudad está reflejada en los expedientes judiciales. La primera vez que lo detuvieron, protagonizó al menos dos asaltos en Palermo y Núñez con una moto sin patente, el 13 de abril del año pasado.
Esa noche Bazán salió junto a un cómplice que manejaba una Honda Tornado 250 negra. Los dos llevaban la cara cubierta con los cascos. Cerca de las 22, en Jerónimo Salguero entre Charcas y Güemes eligieron a la primera víctima: un joven que caminaba por la vereda con un iPhone X en la mano. Pasaron por atrás del muchacho, Bazán estiró los brazos y le arrancó el teléfono de las manos, ayudado por la fuerza de la aceleración.
Una hora después Bazán volvió a golpear en Núñez. Esta vez, solo. Fue en Cabildo y Quesada cuando intentó atacar a dos hermanos. Una de las víctimas llevaba en sus manos otro iPhone X.
Pero esta vez la jugada no iba a terminar del todo bien. El dueño del celular reaccionó y se agarró de la cola de la Honda Tornado. Así primero logró frenar el escape y, luego, gracias a un golpe certero, pudo tirar a Bazán de la moto. Entre los dos hermanos y otras personas que pasaban por el lugar, lo redujeron. Segundos después llegó una oficial de la Policía de la Ciudad que vigilaba la zona. Bazán tuvo que ser derivado al Hospital Pirovano por los golpes que sufrió por la caída, donde estuvo detenido un par de horas hasta que el juez nacional en lo Criminal N° 18, Pablo Ormaechea, lo dejó en libertad.
Además del iPhone X que intentó robar, Bazán tenía un bolso azul con otros diez celulares que se cree que fueron robados en el mismo raid. Solo el joven que había sido asaltado en Salguero y Güemes se presentó en la ex comisaría 35° cuando vio por la aplicación de GPS que su teléfono estaba allí y fue a reclamarlo.
Por estos dos episodios, el fiscal Campagnoli imputó a Bazán por robo y un mes después logró que la causa sea elevada a juicio. El debate está previsto para este mes, pero aún sin fecha.
Mientras esperaba el juicio en libertad, Bazán siguió con lo suyo. Fiel a la fórmula, volvió a usar una moto sin patente y se animó nuevamente al robo en cantidad. En su segundo raid cometió al menos nueve hechos en tres horas y en ocho barrios distintos. Lo descubrieron de casualidad por un accidente de tránsito.
La nueva seguidilla delictiva comenzó el 7 de septiembre cerca de las 19, en la avenida Coronel Díaz y Paraguay, en Recoleta. La víctima fue un hombre que caminaba por la vereda y fue sorprendido por dos motochorros con casco. Uno le arrebató su Motorola C3.
De acuerdo a lo que pudieron reconstruir los investigadores, la seguidilla continuó por Moreno y Lima (Monserrat), Entre Ríos y Antequera (Constitución), Senillosa y Rivadavia (Caballito), Asamblea al 800 (Parque Chacabuco), Juan B. Justo y Mercedes (Floresta), Nazca y Felipe Vallese (Flores), Boyacá y Bacacay (Flores); y Beiró y Gavilán (Agronomía).
La cacería del motochorro terminó en Avenida De los Constituyentes y La Pampa, cuando chocó la Yamaha XTZ 250 azul contra una camioneta que conducía una mujer. Por la colisión, Bazán sufrió dos fracturas en una de sus piernas y tuvo que ser trasladado al Hospital Zubizarreta. Cuando la Policía lo identificó encontró entre sus pertenencias los nueve celulares robados y comprobaron que la moto que manejaba, además de no tener patente, tenía «prohibición para circular».
Fue por una investigación de la Fiscalía de Núñez y Saavedra que se pudo reconstruir la nueva serie de arrebatos y la causa se unificó en la que se inició en abril en el juzgado de Ormaechea. Campagnoli pidió la prisión preventiva del motochorro, pero el juez la rechazó. El fiscal tuvo que presentar un recurso de queja ante la cámara. Hace cinco meses Bazán sigue en libertad. Dice que trabaja de «delivery».
Leave a Reply