Ola polar: línea 108 para asistencia social

El clima helado, la muerte de un hombre por hipotermia y las convocatorias de las organizaciones solidarias para ayudar a la gente en que vive en la calle tuvieron su efecto. El miércoles hubo 3.000 llamados a la línea de asistencia social 108, el triple de los mil habituales.

El dato fue proporcionado a Clarín por la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad, Guadalupe Tagliaferri. «En días de frío tenemos unas 1.000 llamadas al 108. Con la difusión de lo que estaba ocurriendo y sabiendo que se venía una noche muy fría, tuvimos 3.000 llamados. Por eso en un momento había hasta 20 llamados en espera por cada operador. Cuando sucede este colapso, nos asiste el 103 y hasta el 911, porque las centrales están conectadas», explicó.

Y aclara: «Hay que tener en cuenta que frente a una misma persona en situación de calle, pueden llegar a llamar hasta 20 vecinos, dependiendo del barrio y de la persona que está en la calle, si es muy reconocida o no por los vecinos».

A través de la línea 108 se puede pedir asistencia social inmediata para las personas que viven en la calle. La atención se brinda mediante el programa Buenos Aires Presente (BAP) y de la Dirección General de Niñez y Adolescencia, que cuentan con más de 700 psicólogos, trabajadores sociales y operadores que recorren la Ciudad las 24 horas.

Según las estadísticas oficiales, en la Ciudad hay 1.146 personas que viven en la calle. Foto: Martín Bonetto

Los operadores oficiales que hacen las recorridas o que acuden en respuesta a un pedido de ayuda, les ofrecen a las personas ingresar a alguno de los paradores para que pasen la noche.  Hay 27 hogares y refugios, 8 de los cuales son administrador por la Ciudad.

«Con el resto trabajamos asociados a organizaciones sociales y la Iglesia. La Ciudad tiene un convenio por medio del cuál les da dinero por cada cama disponible y ellos ponen el trabajo de asistencia con cada una de las personas que llegan», cuenta Tagliaferri.

La ministra, sin embargo, reconoce que generalmente les cuesta mucho que la gente acceda a ingresar a los paradores. Eso cambia con el frío, aunque aún así sólo se ocupa la mitad de su capacidad.

«Por norma, siempre que hace frío, más gente acepta ingresar a los hogares y refugios -afirma Tagliaferri-. Este miércoles a la noche tuvimos más traslados, por eso se aumentó la capacidad logística y de móviles disponibles. Pero nunca un hogar o refugio se llena al 100%. Anoche, por ejemplo, el 50% de los lugares estuvieron ocupados«.

Fuente: Clarín