No hubo ningún tipo de alertas ni en las comunas ni en el 911″, dicen a Clarín fuentes de la Policía de la Ciudad. «Las entidades no pidieron ningún refuerzo adicional más allá del personal ya designado para la custodia de sus sedes», explican fuentes de la Policía de la Provincia.
El foco está puesto en el Microcentro, donde los eslabones de todo el sistema bancario y financiero se entrelazan en un área que está bajo dos jurisdicciones, las de las comisarías 1D y 1B. Unos 180 agentes de la Policía de la Ciudad recorren a pie todas esas cuadras, de lunes a viernes, conformando un mapa monitoreado a través de las señales de sus celulares. Se puede saber a dónde está cada uno de ellos y cuántos metros camina durante su turno.
Dentro del despliegue habitual también se dispone de un móvil con lector de patentes de la División de Anillo Digital, que recorre la zona con un par de motos para detectar vehículos con prohibiciones para circular.
A nivel de monitoreo sí se agregó una particularidad esta semana, a partir del posible incremento de operaciones en todos los bancos, especialmente extracciones de dinero en efectivo. El Sistema Integral de Videovigilancia tiene 234 cámaras de seguridad en el Microcentro, todas observadas desde el Centro de Monitoreo. Se agregó a esa visualización específica las de las zonas comerciales y bancarias de los bancos.
Este lunes, los móviles de los canales de televisión tenían sus cámaras instaladas en el Microcentro: apuntaban a las pizarras que a las 10 de la mañana empezarían a mostrar la cotización del dólar luego de las medidas anunciadas este domingo, que en la primera jornada derivaron en la baja del precio de esa divisa.
En las sucesivas entrevistas que ofreció este domingo y este lunes el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, tuvo que repetir la respuesta a una pregunta que le formularon varias veces y que transmitía una inquietud colectiva: qué pasaría con los depósitos en dólares de los ahorristas. Aseguró que cualquiera podría retirar su dinero sin limitaciones, y que incluso los bancos tenían autorizado extender su horario hasta las 17 para atender a esa posible demanda extraordinaria.
Según confirmaron fuentes policiales de la Provincia de Buenos Aires, los bancos que decidieron extender sus horarios hasta las 17 pidieron que el personal policial que cumple horas adicionales en sus sedes también extendiera allí su presencia, pero ningún refuerzo extra ante la posibilidad de mayor movimiento en sus sucursales.
Desde la Policía de la Ciudad detallaron que desde principio de año se renovó el protocolo en la zona del Microcentro, donde se agregaron cámaras y mayor despliegue de personal.
En mayo de 2002, meses después de que se decretara el llamado «corralito» -ese que insta a preguntar por el retiro de los depósitos en dólares-, Clarín daba cuenta de que cada 36 horas se producía un secuestro: mucha gente había guardado el dinero que había logrado sacar del banco en sus casas. Uno de los casos más recordados de aquella época tal vez sea el del padre de Pablo Echarri, a quien secuestraron en la calle de madrugada cuando iba a atender su puesto de diarios en Villa Domínico.
Las salideras bancarias se volvieron un peligro cada vez más latente para quienes retiraban dinero de sus cuentas bancarias. En 2010, año en el que en una de esas salideras murió el bebé que Carolina Píparo gestaba luego de que la balearan en La Plata, se producía uno de esos delitos -en general, perpetrados por motochorros- por hora, según publicó en aquel entonces La Nación. La mayoría eran en la Provincia de Buenos Aires. Era la modalidad delictiva con mayor crecimiento respecto del año anterior.
En 2018, las salideras crecieron un 6,6 por ciento respecto del año anterior: en ese momento, los expertos recomendaron cautela a quienes decidieran retirar su dinero del banco, desde repartir la plata entre distintas personas y distintas partes de la ropa hasta manejar la información en el círculo más íntimo.
Un detalle clave para los investigadores: las salideras bancarias son una modalidad que suele aumentar en tiempo de crisis económicas, aunque también se monitorea de cerca el accionar de bandas que toman el dato en la zona de los bancos, pero termina ejecutando la acción en el final del recorrido de la víctima, en su casa, por ejemplo, en una típica entradera.
Fuente:Clarin