La prueba anterior constaba de cuatro instancias, mientras que el nuevo práctico incorporará dos postas que elevarán la exigencia del examen (pueden ser evaluadas por un único instructor en el asiento de acompañante o 6 distintos, repartidos en cada posta).
Hasta ahora se evaluaba el estacionamiento, el cambio de marcha y cruce de vía, la marcha atrás y el zig zag en conos, mientras que ahora se incorporó la retención del embrague en subida y el control del vehículo en bajada y rotonda.
En cuanto a las nuevas tecnologías, se colocarán dos cámaras en el interior y el exterior del vehículo del aspirante para evaluar su desempeño, y cada instructor, situado en las distintas postas, contará con una tablet en la que volcará la eventual quita de puntos por fallas en la conducción.
Con cuatro puntos menos, por falla en la distancia de estacionamiento, golpear una valla u otras dificultades, el aspirante quedará inmediatamente reprobado.
En la Ciudad de Buenos Aires se emiten alrededor de 450 mil licencias por año (87,7% son renovaciones y 12,3% otorgamientos).
El secretario de Transporte de la Ciudad, Juan José Méndez, explicó que «el otorgamiento de la licencia de conducir es una de las instancias más importantes en la formación vial de una persona».
«En esta oportunidad implementamos más exigencias en la parte práctica para que el aspirante no sólo demuestre que está en condiciones de manejar, sino que además cuenta con los conocimientos y la capacidad de respuesta necesarios para convivir responsablemente con peatones, ciclistas y otros conductores de vehículos que se mueven por la Ciudad», añadió el funcionario.