El túnel aliviador del Arroyo Vega, que cuando desborda inunda por lo menos trece barrios de la Ciudad, comenzará a estar activo en pocos días más. Este miércoles empezaron con las denominadas “pruebas de llenado”, que consisten en inundarlo, para luego vaciarlo y comprobar si es correcto el funcionamiento.
Para realizar este procedimiento se rompe la ataguía, que es el talud de tierra ubicado frente al pozo de descarga, en la desembocadura con el Río de la Plata. Luego, se abren las compuertas para que el agua llene el pozo y se dirija hacia el túnel.
Durante doce horas ingresan 170 mil m3 de agua, un poco más de los 164 mil de capacidad del túnel. Después, tres bombas hidráulicas realizan el vaciado completo, que demora unas 36 horas.
El objetivo es evaluar el funcionamiento del aliviador, que una vez que esté operativo cumplirá con el propósito inicial de duplicar la capacidad de drenaje del Vega. Este arroyo es uno de los que más complicaciones le trae a la Ciudad cuando hay tormentas fuertes con abundante caída de agua.
La obra se realizó en dos etapas. La primera se hizo con la tuneladora Elisa, que se llama así en recuerdo de Elisa Beatriz Bachofen, la primera mujer graduada como ingeniera en la Argentina. La máquina excavó 5,9 kilómetros desde Costanera Norte, por debajo de la calle La Pampa, hasta Victorica, en Parque Chas.
Elisa funcionó como un gran taladro con un cabezal de corte con vagones atrás, donde se transportaban equipos, operarios y la tierra excedente. Mientras cavaba, apuntalaba el hueco e iba colocando las dovelas para armar el túnel de 5.30 metros de diámetro. Trabajó 20 metros bajo la tierra, el equivalente a un edificio de 7 pisos.
Luego se hizo el segundo túnel, de 2,4 kilómetros. Se conecta con el primero y corre por debajo de la calle Nueva York hasta Ballivian (su continuación) y Gamarra.
Empezaron a hacerlo en noviembre y lo terminaron hace pocos días. La obra comenzó a la altura de Helguera, en el barrio de Agronomía. La tuneladora que lo hizo fue operada en forma remota y utilizó el método “Pipe Jacking”: a medida que excavaba iba instalando las tuberías sin necesidad de abrir zanjas.
La obra completa tuvo una inversión de US$ 290 millones. Empleó a 400 personas que utilizaron 43.700 metros cúbicos de hormigón armado, que equivalen a 64 obeliscos.
El arroyo Vega atraviesa la Ciudad de Oeste a Este hasta desembocar en la Costanera Norte. Cuando llueve mucho, su cuenca y su primer emisario -construido en la década de 1940- desbordan e inundan las calles de los barrios de Núñez, Belgrano, Coghlan, Villa Urquiza, Colegiales, Villa Ortúzar, Villa Pueyrredón, Parque Chas, Agronomía, Chacarita, La Paternal, Villa del Parque y Villa Devoto.
Aunque el proyecto surgió hace doce años, ante reiteradas inundaciones, la excavación empezó en 2017. El sistema también incluye 9,4 kilómetros de ramales secundarios y se calcula que beneficiará a 315 mil vecinos.