El martes, cerca de las 11 de la mañana, Andrea S., de 54 años, bajó en uno de los andenes de la estación Pueyrredón de la Línea D del Subte para acudir al Jardín de Infantes donde trabaja. Como hacía la mayoría de las veces, cruzaba toda la pasarela y se iba hacia el otro extremo del andén, con la idea de poder subirse al primer vagón de la formación.
Sin embargo, en un instante de pocos segundos, la vida de Andrea quedó en absoluto peligro. Todo sucedió de la manera más insólita. Pese a estar caminando en el medio del andén, la docente fue empujada por un hombre que había caído desmayado. Ella trastabilló en su intento de estabilizarse y terminó cayendo de espaldas en medio de las vías… segundos antes de que apareciera el tren.
La mujer cayó con su cadera y luego golpeó su nuca contra las vías, lo que le provocó inmovilidad y una pérdida de conocimiento inmediata. Gracias a las señas y a los gritos desesperados de los testigos, el tren del subte logró frenar su marcha y detenerse apenas un metro antes de donde se ubicaba el cuerpo inerte de la docente.
Con la ayuda de varios pasajeros, pudieron devolver a Andrea al andén, donde recibió la primera atención médica de especialistas. También fue atendido el hombre que se había desmayado, que padecía un fuerte corte en su frente, producto del choque de su cara contra el suelo.
Fue entonces que efectivos policiales se pusieron en contacto con Marcelo C., el esposo de la mujer herida.
“Al principio, nosotros pensábamos que la habían empujado y que ella se había caído en el mismo andén. Solo eso”, relató Marcelo, en declaraciones al canal América.
“Cuando yo llego al lugar del hecho, mi señora ya había recobrado la conciencia pero no recordaba mucho. También estaba el muchacho, con un corte grande en el arco superciliar”, añadió el marido, que posee conocimientos médicos debido a su profesión de obstetra.
Las autoridades policiales y sanitarias resolvieron que tanto Andrea como el hombre que la había empujado fueran trasladados al servicio de guardia del Hospital Juan Fernández a bordo de la misma ambulancia. Marcelo los acompañó.
“A este muchacho le pregunté si sabía qué le había pasado. Él me dijo ‘mire, yo me iba al trabajo y me sentía mal, por eso me estaba volviendo para mi casa’”, relató.
«Yo lo miré y le dije: ‘Te veo muy mal, te veo muy pálido’. Y él me respondió ‘es que me siento mal’. Ese fue el único diálogo que tuve con él, después no lo vimos más», completó.
Al llegar al centro de salud, los especialistas médicos comprobaron que Andrea había sufrido un fuerte traumatismo de cráneo y que también padecía una fractura en el hueso sacro, producto del golpe de su cadera contra las vías. Mientras tanto, también se decidió que el hombre permaneciera internado para analizar las posibles causas del desmayo y controlar el corte y el golpe en su cabeza.
Pasaron unas horas y antes de que la familia decidiera trasladar a Andrea a la Clínica del Sol, recibieron en la habitación la visita de dos policías, que tenían la intención de tomarle declaración, ya que los investigadores habían abierto la hipótesis de un posible intento de robo por parte del hombre.
Asimismo, ya el miércoles y en la clínica privada, la familia de Andrea tomó conocimiento por primera vez con el video que luego se haría viral en todas las redes sociales. “Estábamos acá en la clínica ayer y nos llaman nuestros hijos diciendo que habían salido unos videos. No lo podíamos creer. La verdad que nosotros, hasta que no salieron los videos, no sabíamos que se había caído a las vías, pensábamos que solo se había caído en el andén”, relató Marcelo.
A su vez, la causa judicial ya había tomado forma. El fiscal que asumió el caso, Walter López, había resuelto detener al hombre del presunto desmayo, al menos hasta obtener la información suficiente sobre lo que pudo haber sucedido.
“En un principio, se habría establecido una imputación por lesiones. El señor había podido quedar en libertad porque la presunción era de que esta persona tuvo un desmayo y no había ninguna conducta dirigida a provocar el resultado. Pero nosotros lo mantuvimos detenido hasta poder reunir la información suficiente hasta establecer que había sido un accidente”, advirtió el fiscal López en declaraciones a Telefé Noticias.
Con el pasar de las horas, la Justicia pudo recoger la información necesaria para poder comprobar que se trató de un hecho fortuito.
“Él nos dijo que no se sentía bien. Pudimos comprobar que había tenido comunicaciones previas con su mujer en las que le decía que su intención era volver a casa porque no se sentía bien”, describió el fiscal.
Una vez conseguidos los resultados de los análisis médicos del hospital Fernández, la fiscalía pudo establecer que el desmayo se produjo debido a un trastorno en la salud del hombre.
«En principio, el hombre tiene una patología previa y el desmayo respondía a una fase determinada de esa patología», completó el fiscal.
El hombre fue puesto en libertad recién el miércoles entre las 18 y las 20. “Después de haber hecho el análisis de toda la información con la que contábamos, la situación de él respondió a lo que llamamos ‘Falta de Acción’. Es decir que en principio, no hubo acción ni conocimiento ni voluntad de realizar una conducta determinada. En este caso, ni siquiera es una situación de negligencia. El desmayo provocó la caída del cuerpo y así terminó empujando a la persona”, afirmó López.
De este modo, la Justicia pudo comprobar que se trató simplemente de un hecho desgraciado y que tuvo un final feliz, cuando pudo haberse tratado de una tragedia insólita.
Se espera que Andrea pueda regresar a su casa en el transcurso de la próxima semana y luego ya comenzaría con el proceso de rehabilitación por la fractura en su cadera.